La certificación destinada a promover productos y servicios que tienen un impacto ambiental reducido es la Etiqueta Ecológica de la UE. Esta etiqueta ayuda a los consumidores a saber diferenciar productos y servicios respetuosos con el medioambiente.

Entre los factores que diferencian a los alojamientos con etiqueta ecológica europea frente a los alojamientos del sector turístico tradicional se encuentran las siguientes:

• El ahorro de agua y de energía
• El uso de energías renovables
• La arquitectura bioclimática
• La reducción de los residuos y su correcta gestión

La estancia en estos alojamientos (incluyendo campings) frente a la pernoctación en alojamientos sin etiqueta ecológica supone un gesto a favor del cambio climático, también en el periodo vacacional. Estos alojamientos utilizan tecnologías con baja emisión de carbono, aislamientos térmicos y acústicos, e incorporan alimentos de temporada y trabajan con empresas proveedoras locales. Estas medidas permiten reducir su huella de carbono hasta un 90%, en comparación con un alojamiento tradicional.

¿Cuáles son sus criterios de concesión?  La ubicación y la arquitectura del establecimiento (que debe respetar la naturaleza circundante), los materiales de construcción (ecológicos, sostenibles, renovables, reciclables…), un menor consumo de agua y de energías no renovables, la reducción de los residuos y su gestión…

¿Y su interés? Los gerentes de estos establecimientos hacen hincapié en la protección de la biodiversidad a través de actividades de ocio que respetan la naturaleza, en la promoción de los productos locales y de los cultivos autóctonos…

Euskadi, con 35 alojamientos acreditados con la Etiqueta Ecológica Europea, lidera el ranking de todo el Estado y se sitúa como uno de los principales destinos europeos con este tipo de infraestructuras, por delante de países como Holanda (25 alojamientos), Eslovenia (13 alojamientos), Croacia (6 alojamientos), Malta (6 alojamientos) o Portugal (5 alojamientos).