LA HUELLA HÍDRICA

Casi todo lo que hacemos en nuestro día a día conlleva un gasto de agua. La ropa que llevamos, la comida que comemos, etc. Según cálculos de la OMS en una ducha diaria de 10 minutos se consumen unos 200 litros. Si tenemos en cuenta este dato, y que para hacer muchas cosas diarias (cocinar, lavarse los dientes, lavar la ropa, limpiar…) es necesario consumir agua, de media una persona puede llegar a consumir unos 1300 metros cúbicos de agua al año.

Pero, ¿realmente el ser humano puede continuar consumiendo agua a este ritmo? Es un recurso natural del que dependen todas las formas de vida del planeta, y cada vez escasea más debido a 3 factores:

  • El cambio climático
  • La contaminación del agua
  • El aumento de la población

Como la huella de carbono, la huella hídrica es un indicador medioambiental por el que se mide el volumen de agua dulce utilizado durante la producción de un bien de consumo o servicio. Puede ser empelado para medir el consumo de agua utilizado para fabricar un bolígrafo, una camiseta, incluso el consumo total de un país.

Mientras trabajaba en el instituto UNESCO-IHE para la Educación relativa al Agua, el profesor Arjen Hoekstra creó el concepto de “huella hídrica” en el año 2002, cuyo objetivo es concienciar sobre el enorme volumen de agua que se necesita para la producción y los hábitos de vida y fomentar un uso racional y sostenible.