Un académico advierte que la actividad minera en aguas profundas podría afectar las tasas de absorción de CO2 en los ecosistemas oceánicos

Autor: Susan Kerr, Heriot-Watt University

Un destacado científico marino de la universidad Heriot-Watt tuvo la oportunidad de su vida para bucear al fondo del oceano.

Haciendo uso del submarino de alta profundidad Alvin, el cual se hizo famoso por su primer examen del naufragio del Titanic, el profesor Andrew K. Sweetman del centro Lyell de Edimburgo hizo 2500m de descenso al fondo del oceano en la costa occidental de México en diciembre de 2019.

En este estudio, ayudó a examinar la recuperación de respiraderos de aguas profundas de erupciones volcánicas submarinas y recolectó muestras de vida marina para examinar la predominio de parásitos en estas. También visitó sitios históricos de ventilación volvánica que ya no estaban activos para documentar cómo cambia la biología, ya que se sabe muy poco sobre estos ecosistemas.

Esta no es la primera vez que el profesor Sweetman ha estudiado el fondo marino. Algunos de sus últimos hallazgos en el océano pacífico han encontrado una fuente de materia orgánica potencial (biomasa microbial formada por el CO2), siendo producida in situ podría actuar como alimento para los organismos de aguas profundas. Antes de esto, los investigadores creían que la mayor fuente de alimento del fondo marino era la materia orgánica (como peces muertos o plancton)

El profesor Sweetman dijo que «la biomasa bacteriana se convierte potencialmente en una fuente de alimento para otros animales en las profundidades del mar, por lo que en realidad lo que hemos descubierto es una posible fuente de alimento alternativa en las partes más profundas del océano, donde pensamos que no había ninguno. Además, si los resultados del estudio se amplían a los océanos a nivel mundial, podría significar que 200 millones de toneladas de CO2 se convierten en biomasa cada año».

A través de proyectos de investigación recientemente financiados, Sweetman tiene como objetivo explorar la importancia de este nuevo proceso en otras regiones de los océanos Pacífico y Atlántico durante los próximos 4-5 años.

Él dice: «Necesitamos explorar este proceso con mayor detalle ya que en la actualidad, no sabemos de dónde proviene la fijación de CO2, y que microbios están fijando carbono en su biomasa. Una vez que hayamos descubierto esto, podemos comenzar a interrogar los datos disponibles sobre la diversidad microbiana en las profundidades del mar para evaluar dónde está ocurriendo este proceso en el océano».

El profesor Sweetman explicó que este trabajo es crítico para comprender los efectos de las perturbaciones en aguas profundas, como la minería. El área en la que trabaja actualmente en la Zona de fractura Clarion Clipperton (CCFZ), el Océano Pacífico, ha sido ampliamente estudiada por su potencial de minería en aguas profundas y equipos de investigadores ahora están utilizando encuestas para evaluar la biodiversidad de la CCFZ para comprender qué impacto la minería de aguas profundas puede tener.

La creciente demanda de metales y elementos de tierras raras para su uso en la electrónica y la infraestructura de energía renovable está acelerando la investigación sobre los minerales de las profundidades marinas y su potencial de explotación. El CCFZ es de particular importancia debido a la gran abundancia de nódulos polimetálicos, 30 mil millones de toneladas. Los nódulos aquí son ricos en manganeso, cobre, cobalto, níquel y trazas de metales como molibdeno, litio y elementos de tierras raras.

El profesor Sweetman explica: «Los experimentos de perturbación a pequeña escala que hemos llevado a cabo han demostrado una recuperación limitada de la vida marina y los microbios durante largos períodos, por lo tanto, la minería en aguas profundas puede afectar significativamente a los microbios del fondo marino que pueden eliminar activamente el CO2. Si hay una cantidad significativa de CO2 eliminada cada año por las comunidades microbianas dentro de las áreas mineras, la minería puede afectar inadvertidamente este importante servicio del ecosistema en las profundidades del mar».