La producción ganadera genera casi el 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Un cambio de estilo de vida que contribuye a frenar el cambio climático pasa por consumir más fruta, verdura y moderar el consumo de carne.

Las 20 principales compañías cárnicas y lácteas emitieron más gases de efecto invernadero en 2016 que toda Alemania. Si estas empresas fueran un país, serían el séptimo mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo.

La producción de carne genera grandes cantidades de CO2 y de metano, y necesita un uso intensivo del agua. La obtención de un kilo de carne de vacuno libera tres veces más emisiones de gases de efecto invernadero que la de un kilo de carne de porcino o de aves de corral, y genera más CO2 que un coche circulando durante tres horas.

El consumo moderado de carne forma parte de una dieta equilibrada. Consumiendo carne producida en Euskadi contribuyes al desarrollo del sector ganadero local y sostenimiento del entorno rural.