MITOS DEL RECICLAJE

Los mitos, las leyendas, la desinformación… han llevado a la ciudadanía a creer ciertas cosas en cuanto al reciclaje que son falsas. He aquí alguna de ellas:

  1. La basura se mezcla en los camiones

Existen camiones de recogida exclusivamente de un tipo de residuo. Sin embargo, existen camiones que cuentan con una caja de recepción de los residuos dividida en dos partes. Este sistema denominado bicompartimental, permite que pueda acumular dos tipos de residuos que no se mezclan en ningún momento y, además, es más eficiente y reduce el impacto ambiental asociado al transporte de residuos.

  1. En la planta de reciclado se juntan todos los residuos

A pesar de que a las plantas de reciclaje puedan llegar pequeños residuos de otros tipos debido a previos errores de selección, en cada una de las plantas se trata un residuo concreto.

  1. Hay que lavar los envases antes de reciclarlos

Se piensa que lavar los envases antes de reciclarlos es beneficioso, pero realmente no es sostenible, porque estaríamos gastando recursos en algo que no es necesario. En las plantas de reciclaje los residuos pasan por un proceso de lavado, por lo que duplicaríamos el gasto de agua innecesariamente (algo poco positivo tanto económicamente como para el planeta).

  1. Reciclar contamina más que fabricar un producto nuevo

Realmente, cuesta más fabricar productos nuevos que reciclar. Al reciclar, ahorramos agua, energía y materias primas. Pero también reducimos la contaminación producida al obtener la materia prima para fabricar el producto. Por otro lado, la extracción de materias primas de la naturaleza para la fabricación de nuevos productos supone un mayor coste medio ambiental que el reciclaje de los mismos.

Frente al modelo de consumo que genera un gasto continuo de recursos, existe la economía circular que mediante la reutilización y reciclaje hay un ahorro del consumo energético y de materias primas en los procesos de producción.

DATO: gracias a los envases que se reciclaron en 2021, se evitó la emisión de 2,05 millones de toneladas de CO2 a la atmosfera, se ahorraron 20,50 millones de metros cúbicos de agua y 5,27 millones de megavatios hora de energía. Se estima que fabricar una lata de aluminio con materiales reciclados hace que el consumo de energía se reduzca un 95%; y en el caso del papel se ahorra un 62% de energía y un 86% de agua.

  1. Los productos fabricados con material reciclado son de peor calidad

Es verdad que hace años la tecnología era más limitada y no se podían reciclar artículos complejos o con mezcla de materiales. Pero hoy en día existen recursos que hacen posible reciclar toda clase de materiales y hacer los envases más sostenibles.

Gracias a la experiencia, inversiones y avances tecnológicos, los productos creados con material reciclado (que cada vez son más comunes) son de una calidad igual que las que se han creado con elementos nuevos. La Unión Europea establece la obligación de reciclar hasta el 55% de los residuos municipales y el 65% de los envases de plástico para 2025. Y para 2030 todos los envases de plástico deberán ser reciclables.

Tanto el vidrio como el aluminio y muchos plásticos pueden ser reciclados de forma ilimitada sin perder su calidad, mientras que el papel puede reciclarse de 5 a 7 veces antes de que las fibras se desgasten. Además, ya se están desarrollando carreteras a partir de plástico reciclado.

  1. “No reciclo porque no quiero que se pierdan puestos de trabajo”

El reciclaje crea 10 veces más empleos que si se eliminaran los residuos en vertederos. Si cada vez se recicla más, se necesitaría crear más plantas de reciclaje, lo que supondría un aumento de la tasa de empleo del sector.

  1. “Que yo recicle no va a cambiar el mundo”

Según el Instituto Nacional de Estadística, cada español genera una media de 471kg de residuos al año. Por lo que, si tan solo un ciudadano no reciclase durante todo el año, casi media tonelada de residuos de todo tipo acabaría en vertederos.

No solo se trata de reciclar, sino de crear un estilo de vida responsable con el medio ambiente. Solo reciclando, no salvamos al planeta, pero con pequeñas acciones damos un primer paso para hacerlo.