Debido a querer aumentar sus tasas de supervivencia, los animales han ido evolucionando y han conseguido maneras para lograrlo. Una de las maneras para conseguir ese objetivo es el mimetismo, que no debe ser confundido con el camuflaje. A veces empleados como sinónimos, biológicamente son dos términos bien diferenciados. Pero ambos permiten el aumento de la biodiversidad.

El mimetismo es la capacidad de un organismo para imitar uno o más rasgos de otro organismo con quien esté relacionado, con el objetivo de obtener algún beneficio. Sin embargo, el camuflaje, es la capacidad de un organismo para copiar algunos rasgos ambientales o con el desarrollo de una coloración disruptiva que le permite pasar desapercibido por sus depredadores.

Los animales que utilizan el mimetismo están bajo presión selectiva constante, tratando de parecerse cada vez más a sus “modelos”, a la vez que esos “modelos” también buscan formas propias de diferenciación.

Además de estos dos términos, nos encontramos con otro nuevo: APOSEMATISMO. Es una estrategia de algunos animales que siendo inofensivos adoptan los rasgos (colores llamativos, por ejemplo) de advertencia de otros animales peligrosos. Consiguiendo, de esta manera, mantener a raya a los depredadores.