La iluminación te alumbra a ti, no a las estancias vacías

Un gesto tan sencillo como apagar la luz cuando no es necesaria contribuye a ahorrar energía y a frenar el cambio climático. Es conveniente apagar las luces, aunque sólo abandone la estancia por unos instantes. No se gasta energía al encender o apagar. El encendido de una bombilla de bajo consumo equivale a 10 segundos de funcionamiento continuo.

Si apagas 5 lámparas en los pasillos y habitaciones de tu casa cuando no las necesites, puedes ahorrarte 60 € en la factura anual y evitar un total de 400 kg de emisiones de CO2.

Siempre que sea posible, para estudiar, cocinar o jugar, aprovecha la iluminación natural. Utilizar colores claros en las paredes y techos nos permite aprovechar mejor la iluminación natural y reducir el alumbrado artificial.

En vestíbulos, garajes y zonas comunes es interesante colocar detectores de presencia para que las luces se enciendan y apaguen automáticamente. La iluminación representa el 10% de la energía que consumimos en nuestro hogar.