Una nueva investigación realizada por científicos de Australia, ha confirmado que la contaminación del aire tiene un impacto más negativo de lo que se esperaba en las poblaciones de insectos. A continuación, te explicamos el por qué.

Las antenas de los insectos tienen receptores para detectar moléculas que proceden de diferentes fuentes:

• una fuente de alimento,
• una posible pareja reproductora,
• un lugar para poner huevos, etc.

Si estos receptores están cubiertos de partículas, una barrera física hace que el contacto entre esos receptores y las moléculas de olor transportadas por el aire sea difícil o imposible.

Se ha descubierto que, cuando las antenas de los insectos están cubiertas por las partículas contaminantes del aire (procedentes del transporte, incendios forestales, etc.), tienen más dificultades para encontrar alimento y pareja reproductora. Según el estudio, incluso si los efectos de la contaminación atmosférica no son letales, disminuye la viabilidad de la reproducción si los machos no pueden detectar a las hembras.