Al igual que los detergentes, la mayoría de los cosméticos actuales contienen sustancias químicas (conservantes, perfumes sintéticos, tensioactivos…) que no son biodegradables, y por lo tanto resultan nocivas para la biodiversidad (sobre todo para los medios acuáticos, donde llegan transportadas por las aguas residuales).

Utilice cosméticos ecológicos: lávese con jabón de Marsella, perfume su baño con algunas gotas de aceite esencial de lavanda, limpie su piel con una decocción de camomila o aciano, exfóliela con salvado de trigo o avena, hidrátela con aceites vegetales de girasol, de oliva… Incluso puede fabricar su propio dentífrico, ¡es más sencillo de lo que imagina!