El próximo domingo, 3 de marzo se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre, que tiene entre sus objetivos concienciar sobre la necesidad de detener la pérdida de biodiversidad.

En Bilbao, la naturalización del Parque Europa ha constituido una oportunidad para cumplir con esos objetivos. Cátedra UNESCO sobre Desarrollo Sostenible y Educación Ambiental de la UPV/EHU, Ingurugela y el Ayuntamiento de Bilbao, a través de Medio Ambiente, han aunado esfuerzos para renaturalizar el estanque del parque, isla verde de los barrios de, Txurdinaga, Santutxu y Otxarkoaga.

“En esta área, los parques urbanos son un instrumento fundamental para fomentar la educación ambiental y potenciar la presencia de la naturaleza en un entorno urbano”, ha señalado Alfonso Gil, Teniente de alcalde y Concejal Delegado del Área de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao.

Naturalizar la ciudad contribuye a mejorar la calidad de vida, disfrutar del ocio, ofrecer servicios culturales y mejorar la salud mental, e incluso reducir costes económicos, son algunos de los beneficios que Leire Méndez, investigadora de la Cátedra de UNESCO sobre Desarrollo Sostenible y Educación Ambiental de la UPV/EHU menciona al abogar por la recuperación de la vida silvestre en el entorno urbano.

Como explica la investigadora Méndez, “cuando la infraestructura gris de una ciudad se combina con la naturaleza es posible mejorar la calidad ambiental, atraer la biodiversidad o fomentar la relación de las personas con el entorno natural”.

El Parque Europa, situado en el barrio de Txurdinaga, fue inaugurado en 1988. Es un área de esparcimiento de 107.000 m2., que cuenta con un estanque de casi 700 m2, centro neurálgico de la zona verde. “Es un espacio con un gran potencial para recrear humedales, avistar aves, observar insectos y mejorar el medio ambiente urbano”, explica Leire Méndez.

Universidad y Ayuntamiento recogieron hace dos años el reto propuesto por el alumnado de 53 centros educativos de Bilbao, en el marco del programa de Educación Ambiental de las Agendas 21 Local y Escolar. Las y los escolares de la villa pidieron que el estanque del parque tuviera ranas y sapos, anfibios en peligro de extinción. “El objetivo, por tanto, fue crear una charca que proporcionara un nuevo hábitat apropiado para aves y anfibios, y, al mismo tiempo, un ‘laboratorio en la naturaleza’ para la educación”, concreta Leire Méndez. De esta manera el parque se acerca a un modelo que permite aumentar la biodiversidad en la ciudad.

Para aumentar el conocimiento del estanque, poner en valor la importancia de crear zonas para la biodiversidad -que además sean captadoras de emisiones de CO2- y dar a conocer que si lo respetamos el municipio estará dotado de un aula ecológica al aire libre, durante los meses de noviembre, febrero y abril se organizan talleres dirigidos al alumnado del programa Agenda 21 escolar. Este año han podido participar además las familias y personas interesadas en la jornada organizada el día 2 de febrero con motivo del día mundial de los humedales. En dichos talleres se establece un coloquio con el alumnado, para que puedan conocer cómo se ha ejecutado el proyecto, qué especies vegetales han sido utilizadas para la revegetación (todas ellas autóctonas), y qué es lo que va a ocurrir si le dejamos tiempo a la naturaleza para que actúe sobre el humedal y sus alrededores.

En los talleres se ha visto cómo se ha producido un incremento progresivo de la biodiversidad del humedal, así, se han avistado especies de aves como mirlos gorriones, petirrojos, curruca capirotada, zorzal común, mito, carricero común, pinzón vulgar, o jilgueros, anfibios como el sapo partero común y reptiles como la lagartija roquera, además de libélulas y caballitos del diablo.