Los alimentos ecológicos son saludables, nutritivos, favorecen la biodiversidad y mitigan el cambio climático. La agricultura ecológica está protegida por una normativa europea y su producción y calidad está controlada.

En los últimos tiempos, los ayuntamientos están fomentando el alquiler de pequeños huertos para impulsar la vida sana a través del trabajo en el campo y una alimentación natural y cercana.

Siguiendo esta tendencia, puedes apostar además por la agricultura ecológica que propone el cultivo de variedades autóctonas y el uso de fertilizantes y pesticidas no químicos. Gracias a estas prácticas se logra evitar el agotamiento de los suelos y reducir la contaminación de las capas freáticas.

Antes de llenar tu nevera, fíjate bien en lo que comes y en las consecuencias para el cambio climático que supone ir a la compra.