COP25 – La integración de los océanos en todas las negociaciones de la ONU, único avance concreto hasta el momento en la cumbre del clima
Las negociaciones de la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU para el Cambio Climático (COP25) presidida por Chile avanza y retrocede a trompicones y a falta de dos días para su –inicial– clausura los principales escollos pasan por el aumento del compromiso y la financiación.
Sin embargo, parece que, de momento, los únicos avances más firmes hasta el momento y que reúnen los mayores consensos de cara a estar incluidos en el texto final de las conclusiones de la Cumbre son los centrados en los océanos. Precisamente, esta ha sido llamada por Chile la COP «azul», ante acuerdo extendido entre las partes de un necesario aumento en su protección.
En concreto, fuentes directas de la negociación y observadores relacionados con ONG, han explicado a Europa Press que, de forma provisional el texto de la Convención Marco que salga de esta cumbre de Madrid podría «reconocer» por primera vez la crítica importancia de los océanos como una «parte integral del sistema climático de la Tierra» tanto en los diálogos formales de la mitigación y la adaptación que se desarrollarán en el encuentro de junio de 2020 en Bonn (Alemania) del Órgano subsidiario de asesoramiento científico y tecnológico (SBSTA, por sus siglas en inglés).
La reunión del SBSTA del próximo año en Bonn está considerado el próximo «momento crucial» para lograr una integración del océano en el clima, tanto en las medidas de mitigación como adaptación y este compromiso formará parte del diálogo de la próxima COP, la número 26, que se celebrará en Glasgow (Reino Unido) a finales del próximo año.
Mientras, el texto final se negocia, lo que de momento se ha adoptado podría representar un «positivo, mínimo primer paso par integrar el océano en el proceso de la COP, que tristemente ha sido aplazadas hasta ahora», según consideran expertos de la organización One Ocean.
Así, con «todas las cautelas» celebran que el borrador de por fin un papel central a los océanos en la crisis climática y desean que esto figure en el comunicado final de la UNFCCC en la COP25.
El asesor senior de Ciencia Marina y Conservación del Programa Polar Marino y Global de la UICN, Dan Laffoley, reclama a los Gobiernos que deben actuar con la mayor ambición posible para recortar emisiones y para reducir todos factores que estresan el océano para evitar quedarse sin «una de las mayores armas» para luchar contra este desequilibrio «catastrófico» para la civilización.
Por su parte, el secretario general de Because the Oceans, Rémi Parmentier, considera una obligación prevenir a los escépticos de los océanos en la negociación para evitar que bloqueen esta integración de los océanos. En su opinión, el reconocimiento en la COP25 de que los océanos ayudarán significativamente a la ambición climática global cuando comience 2020 y en el segundo ciclo del Acuerdo del Clima de París.
Sin embargo, Parmentier ha advertido a Europa Press de que en estas negociaciones multilaterales de la Cumbre «nada está acordado hasta que todo está acordado» porque las decisiones en estos casos han de adoptarse con la unanimidad de casi 200 países.
Así, ha comparado las negociaciones climáticas con bailar un tango, con avances adelante y atrás y ha destacado el papel que en estos casos juegan los facilitadores. Respecto a la facilitación de España, ha elogiado el papel que está desarrollando Teresa Ribera junto a su homólogo de Singapur para lograr desatascar las negociaciones.
Más allá de estos aparentes consensos en materia de océanos, los principales escollos en estos momentos son el acordar, en resumen, las decisiones relacionadas con el coste económico que conlleva la lucha contra la emergencia climática global y según otras fuentes de la negociación aseguran que las cosas «no van bien».
A lo largo del día, el grupo de India, China, Brasil y Sudáfrica ha pedido más apoyo para los países en desarrollo igual que otros países como Bangladesh, que reclaman «financiación» y mayor asunción de la responsabilidad de los países más desarrollados como causantes de la crisis climática actual. De hecho, estos y otros países se han quejado de un «desequilibrio en las negociaciones», más enfocadas a desarrollar el Acuerdo de París que a evaluar y cumplir con los compromisos anteriores a la firma del mismo en 2015.
Entre ellos, figuran mecanismos de compensación como el Fondo Verde por el Clima, que aún no alcanza la dotación prevista de 100.000 millones de dólares anuales; otras vías de financiación de la mitigación y ayudas para la adaptación e incluso para los casos de territorios, por ejemplo las pequeñas islas, que no podrán ni siquiera adaptarse a las consecuencias del cambio climático porque simplemente desaparecerán.
UN NO ACUERDO PUEDE SER UN ÉXITO
Este miércoles por la mañana se han presentado varios borradores aún muy provisionales y se han empezado a escuchar comentarios de varias interrupciones en las negociaciones en aspectos como lo relacionado con los mercados de carbono (artículo 6), un asunto «fundamental» para las ONG y países menos desarrollados.
En este sentido, el coordinador de políticas ambientales de SEO/BirdLife, David Howell, ha insistido a Europa Press que una de las cuestiones fundamentales y «urgentes», en el acuerdo que salga de la COP25 o sin él, son las emisiones de gases de efecto invernadero que entre 2020 y 2030 reduzcan los países.
Por eso, pide a los países que antes del verano, a más tardar, expongan sus compromisos nacionales de reducción para llegar a tiempo en la COP26 de hacerlos efectivos. Además, ha recordado la importancia de la Cumbre que mantendrán la UE y China en septiembre de cara a los acuerdos contra la emergencia global. «Si entonces la UE llega con al menos un 55% de reducción sería muy positivo para forzar a China a la ambición», ha comentado.
Por ello, ha urgido a la comunidad internacional a que una vez declarada por la UE y más países la «emergencia climática» que actúen con una «gobernanza climática» y, al menos reduzcan un 7 por ciento sus emisiones cada año y que estas caigan «en picado» hasta 2030 porque entonces será más factible lograr el objetivo de limitar la temperatura global a 1,5ºC.
De momento, lamenta que las ONG no ven señales «claras» y sí «muchas reticencias» en toda la negociación y, en particular, respecto a uno de los grandes escollos que es el articulo 6, asegura que las ONG incluso prefieren aceptar en la COP25 que no se ha podido acordar un texto ahora, en esta semana, y ponerse una nueva cita próxima.
«No queremos un texto regular que abra la puerta a una doble contabilidad de emisiones y que sea perjudicial y un engaño para el medio ambiente. Es necesario un texto sólido pero no a cualquier coste. Si el texto no está demasiado maduro, sería un éxito reconocerlo y terminar la cumbre sin cerrarlo», ha sentenciado.
Fuente: Europa Press