Los árboles nos ayudan a reducir la temperatura de las ciudades
Uno de los efectos del cambio climático es el aumento de la temperatura global. El calor llega antes, y se queda durante más tiempo. De hecho, hoy en día el verano dura cinco semanas más que en los años 80.
Debido al incremento de la temperatura y a la variación de los patrones climáticos, es necesario adaptarse, ya que la exposición a las altas temperaturas supone un importante riesgo para la salud.
En los núcleos urbanos, se produce el efecto “isla de calor” debido al asfalto, al hormigón y a otros materiales que absorben el calor, aumentando considerablemente la temperatura de estas zonas. Sin embargo, los árboles pueden ayudarnos a combatirlo, ya que pueden reducir unos 10 grados la temperatura mediante la evapotranspiración, captando CO2 y emitiendo vapor de agua. Además, nos proporcionan sombra, ayudan a purificar el aire y hacen las ciudades más agradables.
Pero no sólo los árboles de las ciudades nos pueden ayudar a combatir el calor: las plantas de nuestros hogares, jardines verticales o incluso los huertos en nuestro balcón también son buenos aliados.
En los últimos años, la arquitectura bioclimática está en auge. Esta arquitectura se basa en usar vegetación para aislar, crear ambientes agradables y minimizar el uso de energía.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que las especies plantadas deben ser adecuadas al entorno, para que su adaptación sea óptima y su eficiencia máxima.