El consumo de productos locales y de temporada evita los gases contaminantes derivados del transporte
La agricultura de proximidad evita grandes desplazamientos del producto y envasados innecesarios.
El transporte tiene gran influencia en la emisión de gases con efecto invernadero. Cuanto más cerca se produzcan los alimentos del lugar de residencia, menor contribución al cambio climático. El consumo de frutas y verduras de temporada, frente a las importaciones internacionales también limita las emisiones de CO2 a la atmósfera.
El cultivo de productos fuera de su entorno natural o fuera de temporada exige enormes cantidades de energía, agua y otros recursos.
Transportar alimentos en avión de un lugar a otro del planeta genera 1.700 veces más emisiones de CO2 que transportarlos 50 kilómetros en camión. En términos estrictos, el transporte puede suponer hasta el 80% de la huella de carbono de la alimentación.
Además, los productos locales son más sabrosos porque maduran en el campo y no en las cámaras frigoríficas.