Si buceas un poco por internet, encontraras numerosas propuestas para frenar el cambio climático. Aunque algunas pueden rozar lo esperpéntico, la mayor parte abogan por una serie de actuaciones clave:

• Reducir las emisiones de carbono mediante la descarbonización de la economía (una de las medidas sería, por ejemplo, la progresiva sustitución de los combustibles fósiles por energías renovables).
• Capturar y almacenar del excedente de carbono presente en la atmósfera mediante la reforestación o nuevas tecnologías que permiten su uso posterior.
• Aumentar la cantidad de luz solar que reflejan las nubes mediante la inyección de aerosoles, impidiendo que esa energía llegue al planeta.

Estas dos últimas medidas forman parte de lo que se conoce como geoingeniería. Como comenta Mariano Marzo, catedrático de Estratigrafía y profesor de Recursos Energéticos y Geología del Petróleo en la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona, en el artículo referenciado, estas técnicas «pretenden alterar de forma intencionada el clima del sistema Tierra, como parte de la respuesta de los humanos a la amenaza del calentamiento global». Pero, ¿cuáles pueden ser sus consecuencias? ¿Estamos seguros de que el remedio no va a ser peor que la enfermedad?

Consulta la noticia original en Popular Science

­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­ http://www.elperiodico.com/es/opinion/20171130/cambio-climatico-y-geoingenieria-mariano-marzo-articulo-el-periodico-6461751