La Dra. Emma Greig dirige el Proyecto FeederWatch del Laboratorio de Ornitología de Cornell y ha estado estudiando aves en comederos durante más de una década. Aquí se ofrecen sus consejos para alimentar a las aves de manera segura en verano.

Mantenga las semillas secas. El clima cálido y húmedo del verano crea el potencial de moho. “Algunos mohos producen aflatoxina, un subproducto que es letal para las aves”, dice Greig. Ella sugiere llenar los comederos hasta la mitad en verano y volver a llenarlos con frecuencia, en lugar de llenarlos por completo para que las semillas permanezcan allí durante períodos prolongados. Si encuentra moho en las semillas, deshágase de él.

Mueva los comederos de vez en cuando. Las concentraciones de cáscaras de semillas y excrementos de aves debajo de un comedero pueden provocar brotes de salmonelosis, una enfermedad bacteriana que puede afectar a las aves (y a las personas). Mueva los comederos por el jardín y no permita que se acumulen desechos en una zona.

Coloque el sebo a la sombra. Algunos sebos envasados ​​vienen en variedades que no se derriten, pero incluso estos pueden echarse a perder o volverse blandos y ensuciar las plumas de un ave con el calor intenso. Guarde el sebo en lugares frescos. O cámbielo por un comedero para colibríes en verano.

Limpie los comederos con regularidad. Lavar los comederos aproximadamente cada dos semanas mantendrá los comederos atractivos y saludables para sus huéspedes. Para limpiar el comedero, desmóntelo y lávelo en un lavavajillas con agua caliente o a mano con jabón y agua hirviendo o con una solución de lejía diluida (no más de 1 parte de lejía por 9 partes de agua). Enjuáguelo bien y déjelo secar antes de volver a llenarlo.