El plástico es una sustancia que tarda más de 100 años en descomponerse. Todos los años, toneladas de basura, de plásticos, acaban en los océanos. Y, además de poner en riesgo los ecosistemas marinos, también se pone en riesgo la salud humana al ingerir microplásticos. Estos plásticos son partículas de tamaños pequeños (imperceptibles), producto de la degradación de plásticos y capaces de pasar a través de las membranas celulares. Por lo cual, pueden causar diversos problemas.

Ante esta problemática, científicos australianos para tratar de solucionar este problema, han desarrollado un material con componentes reciclados. Dicho material se trata de un polvo de color marrón cuyos componentes son nanomateriales y hierro. De este modo, atrae a los microplásticos de la superficie del agua, sin dejar residuos de otras sustancias contaminantes ni dejar huella de carbono. Es un proceso rápido y eficaz, ya que en una hora es capaz de eliminar los plásticos. Al mezclarse con el agua, permite usar imanes que eliminan los microplásticos y otras sustancias contaminantes.

Según informa la responsable de la investigación, el aditivo en polvo puede eliminar microplásticos que son más pequeños que los que actualmente pueden detectar las plantas de tratamiento de aguas residuales.

Los investigadores, tras el ensayo en laboratorio y habiendo obtenido resultados satisfactorios, se plantean la posibilidad de elevarlo a mayor escala, teniendo idea de que se pueda aplicar también a plantas de tratamiento de aguas residuales. De este modo, además de acelerar un proceso que normalmente dura días, se conseguiría un ahorro económico. Los investigadores, además, afirman que la sustancia podría acabar con millones de toneladas anuales de plástico y microplásticos.