Reduce la contaminación lumínica en el exterior
Tanto en el campo como en la ciudad, la iluminación de las carreteras, calles y jardines permite a algunos seres vivos (hombres, zorros…) prolongar sus actividades durante la noche.
No obstante, la luz artificial perturba a muchas especies. Los animales cuya vista está adaptada para la vida nocturna (lechuzas, ratas…) tienen dificultades para ver los obstáculos, a sus presas y a sus predadores; las aves migratorias se desorientan, las falenas revolotean alrededor de las farolas hasta quedar agotadas, las luciérnagas no perciben las señales luminosas de las hembras, por lo que no pueden reproducirse…
Por lo tanto, elija lámparas que no deslumbren para iluminar su jardín, terraza, portal, etc., y oriéntelas hacia el suelo. Y no olvide apagarlas cuando no esté fuera.